Las barracas de viña, como los muros de piedra seca, las minas de agua y las fuentes, son construcciones discretas que forman parte de la historia y la tradición de la sierra desde tiempos inmemoriales. La característica común a todas ellas es su sencillez y su ingenio. Las barracas fueron elementos importantes estrechamente ligados al aprovechamiento agrícola de la sierra hasta mediados del siglo xx. La transformación de los usos y costumbres, así como el progresivo abandono posterior de los cultivos de secano, provocaron su degradación, llegando en muchos casos a desaparecer o a encontrarse en la actualidad en un estado ruinoso. Aun así, y más o menos reconocibles, hoy en día quedan un centenar de estas barracas, concentradas especialmente en la vertiente del Llobregat.

En estas modestas construcciones, los payeses se protegían de las inclemencias meteorológicas durante las jornadas de trabajo en el campo, y guardaban en ellas algunas herramientas y el avituallamiento del día. Su sistema constructivo es de una gran economía, porque utiliza los materiales existentes en el entorno (piedra) y no requiere materiales de unión (mortero). La tipología más común es la barraca de piedra seca, de planta circular, cuadrada, rectangular o irregular, casi siempre formada por una sola estancia y con la bóveda cerrada por aproximación de hiladas.

Una variante constructiva bastante abundante en Collserola son los cobijos, habitualmente de tamaño inferior a las barracas. Los cobijos podían construirse aprovechando grutas o pequeñas cuevas naturales, en las que se levantaba un pequeño paramento frontal de piedra seca, vaciando las paredes arcillosas para crear artificialmente una cueva o bien empleando espacios vacíos en el interior de los márgenes de piedra seca al construir el propio margen.

Tradicionalmente, las barracas carecían de puerta, y la cubierta estaba formada por una serie de capas a partir de la piedra de la propia cúpula: piedra pequeña, tierra y vegetación. En el interior de las barracas encontramos elementos como asientos, armarios, troneras, chimeneas, etc., y en el exterior, otros complementarios, como por ejemplo coronas, viseras, contrafuertes, muros, escaleras y balsas donde preparar la suspensión para sulfatar las viñas.

Las barracas de viña forman un patrimonio agrícola tradicional que debemos mantener, conservar y mejorar. En este sentido, en estos últimos años el Parque está dedicando un esfuerzo significativo a catalogar y conocer mejor todas las barracas de viña existentes. Además, se ha llevado a cabo la restauración de tres de estas singulares construcciones, gracias a un acuerdo de colaboración con el Ayuntamiento de Sant Feliu de Llobregat. En algunos de estos trabajos también participan de forma activa los voluntarios de Collserola.

Tipologías de barracas de viña en la sierra de Collserola

Las barracas de viña de Collserola presentan un gran abanico de tipologías debido, principalmente, a la variedad geomorfológica de la propia sierra, con tipos de terrenos y de rocas muy diversos, aunque también influye la época de construcción y el propio constructor.

Barracas de piedra seca

Son las más comunes, y tienen un tamaño mediano o grande. La roca más utilizada es la pizarra, pero también pueden usarse otras, como la caliza y la cuarcita. Pueden estar aisladas o apoyadas en el terreno (normalmente por la parte posterior). El interior está formado por una sola estancia (con una única excepción, en la que la cabaña tiene una pared divisoria en el centro). Pese a la variedad de plantas existentes, la cúpula casi siempre es troncocónica por aproximación de hiladas y cerrada con una losa denominada clave de bóveda, excepto en barracas de gran tamaño, cuya cubierta está formada por un envigado de madera de pino cubierto con tejas árabes. Algunas barracas han experimentado modificaciones posteriores: paredes de obra, revocos de mortero, cubiertas de uralita, etc.

 

Dentro de este grupo, encontramos diferentes formas:

  • Planta circular
  • Planta cuadrada
  • Planta rectangular
  • Bóveda de cañón. Solo existe un ejemplo en Collserola. Es una cabaña grande, con una bóveda de cañón de piedra seca y cerrada en sus dos extremos por paredes verticales. En la pared frontal se encuentra la puerta.

Cobijos en el margen de piedra seca

Suelen ser de tamaño más pequeño que las barracas, y están integrados en los márgenes. Su construcción coincide con la del propio margen. La cúpula también se construye por aproximación de hiladas, excepto en el caso de las más pequeñas, en las que el propio dintel ya hace las veces de cubierta.

 

 

 

 

Cobijos en el margen de arcilla

Están construidos con la técnica del vaciado del terreno. Aunque tienen una planta básica redonda, muchos cobijos presentan alargamientos hacia un lado y, en algunos casos, una pequeña habitación en forma de despensa o bodega. La abertura al exterior puede ser baja y semicircular (en forma de bóveda de cañón), o bien alta y con laterales verticales, y en ocasiones se refuerza con un marco de piedra.

 

 

 

Cuevas y grutas:

De dimensiones variables, en muchos casos se observa un ensanchamiento artificial para ganar espacio interior. Cuando la abertura al exterior es demasiado grande, se construyen paramentos de piedra seca para reducirla.

 

 

 

 

Barracas con piezas cerámicas y mortero

Son de construcción más reciente (seguramente, de la primera mitad del siglo xx) y de tamaño considerable. Las paredes están construidas con piedra y piezas cerámicas, y unidas con mortero. La cubierta puede ser plana, a dos aguas o de bóveda de cañón, y construida con piezas cerámicas (en las últimas modificaciones aparecen las uralitas).

 

 

 

La variedad constructiva de las barracas de viña en Collserola se hace más evidente si observamos los acabados de algunas de ellas. Así, en la parte superior exterior encontramos elementos al mismo tiempo decorativos y funcionales: el voladizo o alero, que sobresale unos 20 centímetros en el acabado superior de la fachada y evita que el agua chorree por las paredes, y la corona, que aumenta la altura interior.

En el área de Sant Just Desvern y Sant Feliu de Llobregat, donde eran muy comunes las minas de agua, para la construcción de las barracas se utilizaban puntualmente materiales cerámicos propios de las minas, como la bóveda de ladrillo, que cierra los pozos de vaciado de la mina y que se emplea aquí como interior de la cúpula, o la bóveda estribada (formada por dos piezas de un cuarto de circunferencia), que cierra el techo de la mina y que aquí se utiliza como dintel.

Tradicionalmente, la puerta de la barraca de viña es una abertura sin cerramientos que suele tener los laterales verticales, con un dintel formado por piedras grandes y planas (habitualmente, dos: una exterior y otra interior) en la parte superior. Como excepciones, se conservan en Collserola una puerta troncocónica (con la parte superior más estrecha que la inferior), una puerta troncocónica invertida (con la parte superior más ancha que la inferior) y una puerta cónica (con la parte superior apuntada y sin dintel).

Características de las barracas de viña en Collserola

El nombre barraca de vinya es el que se ha dado tradicionalmente a este tipo de construcciones en Collserola. No obstante, en otros lugares de Cataluña, como la comarca del Bages, también se denomina así cualquier cobijo asociado a este cultivo y ubicado dentro de la propia parcela agrícola.

La sierra de Collserola incluye dos grandes áreas agrícolas tradicionales: la vertiente del Llobregat, desde Sant Just Desvern hasta El Papiol, y la plana del Vallès, desde Sant Cugat del Vallès hasta Montcada i Reixac. Las principales diferencias entre estas dos áreas son geomorfológicas y sociales. La vertiente del Llobregat está orientada al sudoeste y presenta pendientes muy importantes, una alta insolación, terrenos someros y pedregosos y una estructura de la propiedad del suelo muy compartimentada, con gran cantidad de masías con distintos arrendatarios. La vertiente del Vallès está orientada al norte, es más llana, con suelos más profundos y la propiedad del suelo concentrada en manos de unos pocos terratenientes. Estas características hacen que en la sierra de Collserola solo encontremos cabañas de viña en la vertiente del Llobregat, en una franja de poco más de 8 kilómetros de largo y 2,5 kilómetros de ancho, desde la riera de Sant Just al sur hasta Roques Blanques al norte.

Las barracas de viña suelen estar ubicadas en la solana o en la línea de cresta de la montaña, casi nunca en la umbría, y con frecuencia tienen la puerta orientada al sur. De este modo se aprovecha al máximo el calor del sol bajo del invierno y se evita el sol alto del verano.

La mayor parte de las barracas de viña de Collserola están situadas entre 100 y 200 metros sobre el nivel del mar. Sin embargo, también las podemos encontrar  desde la cota 69 hasta la 276.

Únicamente se han hallado dos barracas de viña con fecha de construcción (1882 y 1933), mientras que en otros lugares de Cataluña sí es común la fecha de construcción marcada en el dintel o en el interior. No obstante, se cree que la mayor parte, especialmente las de piedra seca, son del siglo XIX, cuando el cultivo de la viña adquirió mayor importancia y se artigaron más laderas para plantar viñas.

Con la llegada de la filoxera a Collserola, entre los años 1883 y 1886, muchas viñas fueron sustituidas por otros cultivos, principalmente plantaciones de frutales de secano en la vertiente del Llobregat. Así, los cultivos dominantes en esta vertiente a principios del siglo xx eran almendros y algarrobos en Sant Just Desvern y Sant Feliu de Llobregat, olivos y fruta dulce en Molins de Rei, y cerezas en El Papiol. Posteriormente a la gran helada de la Candelera (2 de febrero) de 1956, muchos de estos campos de frutales de secano fueron abandonados definitivamente, empezando por los terrenos más duros y más difícilmente mecanizables. Todo este proceso afectó directamente a las barracas de viña, y por ello hoy en día las podemos encontrar dentro de pinares, o bien en matorrales con almendros, algarrobos u olivos. Las primeras se corresponderían con las parcelas de cultivo abandonadas por la filoxera, y las segundas, con las etapas posteriores. En las planas de Sant Cugat del Vallès y Cerdanyola del Vallès se replantó la viña después de la filoxera, manteniéndose su cultivo hasta mediados del siglo xx, cuando fue sustituida por los cereales.

Conservación de las barracas de viña en Collserola

El estado de conservación de las barracas de viña en Collserola es muy variado, desde las pocas que están en perfecto estado hasta aquellas que se encuentran totalmente en ruinas. Además, contamos con referencias de otras barracas actualmente desaparecidas, pero cuya existencia conocemos gracias a diferentes publicaciones de la década de 1980.

De las 126 barracas de viña de Collserola, 38 están en buen estado de conservación, 16 requieren pequeñas actuaciones de consolidación, principalmente por desmoronamientos laterales o de la cubierta, 9 conservan aún el dintel pero debería reconstruirse toda la cubierta, y 63 conservan solo parte de las paredes.

Entre 2008 y 2012, se restauraron 4 barracas en la finca pública de Can Ferriol (Sant Feliu de Llobregat). De estas, 3 presentaban un estado totalmente ruinoso, conservándose únicamente la base y una reducida parte de las paredes. La cuarta solo tenía hundida la cubierta. El coste de estas actuaciones, ejecutadas por una empresa especializada en trabajos de piedra seca (Naturalea Conservació SL), oscilaba entre 1.300,00 euros la restauración de un techo hundido, hasta 10.000,00 euros la restauración total de una barraca de la que quedaba tan solo la base de las paredes, y para cuya reconstrucción era necesario buscar la piedra fuera del ámbito más próximo.

La catalogación y el mantenimiento de las barracas de viña del Parque Natural de la Sierra de Collserola están siendo realizados por tres grupos de voluntarios del parque, coordinados desde los servicios técnicos del Consorcio del Parque Natural de la Sierra de Collserola. La catalogación consiste en rellenar una ficha de cada una con una serie de datos, medidas y esquemas, mientras que el mantenimiento radica principalmente en la limpieza de la vegetación del entorno más próximo a la construcción y en la retirada de los residuos que pueda haber en su interior o en el entorno más inmediato.

Los voluntarios que realizan los trabajos de catalogación y mantenimiento de las barracas de viña han expresado repetidamente su deseo de poder llevar a cabo intervenciones de restauración en las barracas. A fin de poder aprender a realizar estas restauraciones, se ha solicitado presupuesto a la empresa Naturalea para unas jornadas de formación. Este presupuesto incluye la actuación sobre tres barracas de la finca de Can Capellans (Molins de Rei) y una de Ca n’Albareda (Sant Feliu de Llobregat). Ambas fincas son privadas, y ya se ha contactado con sus propietarios, que han dado su visto bueno a la actividad.

Para más información sobre estos elementos tan emblemáticos de nuestros paisajes, recomendamos consultar el portal Wikipedra (wikipedra.catpaisatge.net), puesto en funcionamiento por el Observatorio del Paisaje de Cataluña en 2011, y donde es posible introducir, visualizar y consultar información sobre las construcciones de piedra seca de Cataluña.

Tipologia

1
Cabaña
2
En margen
3
Refugio
4
cuevas
5
         
                   
   
           

Estado de conservación

Municipio


Mapa