Collserola es fuente de inspiración y estímulo para la creatividad. Artistas de todas las épocas nos han descubierto la sierra mediante diferentes lenguajes y soportes expresivos: el cartelismo y la pintura del siglo XIX, la fotografía, la mirada literaria o las manifestaciones más vanguardistas. A continuación se expone una pequeña muestra de estas creaciones.

Una de las pinturas más destacadas de Collserola es Barcelona desde Vallvidrera, del asturiano Darío de Regoyos (1857-1913). Este pintor, amigo de Ramon Casas y Santiago Rusiñol, fue uno de los precursores de la generación posmodernista catalana, y cultivó un paisajismo espontáneo, con tendencia al naíf. El cuadro se conserva en el Museu Nacional de Arte de Catalunya (MNAC).

Barcelona des de Vallvidrera
Barcelona desde Vallvidrera. Foto: MNAC

De la misma manera,  Nicolau Raurich  (1871-1945), uno de los principales representantes del paisajismo catalán y un pintor vehemente y apasionado, nos presenta su visión de la ciudad desde Collserola.

El cartelismo publicitario también dibuja el paisaje de Collserola, especialmente en el marco del parque de atracciones del Tibidabo y su entorno, el Tramvia Blau y el funicular.

En el campo de la fotografía, las primeras imágenes de la sierra se engloban en el folclorismo de finales del siglo XIX y principios del XX. Destacan las postales de Àngel Toldrà Viazo y las del fotógrafo Lucien Roisin, que llevaron a cabo una labor documental hoy en día valiosísima.

Postal de Àngel Toldrà Viazo

A remarcar también el papel de excursionistas y gente afici0nada a la fotografía que en aquella época se desplazaban a pie hasta la sierra de Collserola para retratarla. son las imágenes de la exposición «Entorno 1900», del Arxiu Fotogràfic de Barcelona.

Jardí de llum | Foto: Eugènia Balcells

También en el mundo audiovisual encontramos expresiones artísticas en torno a la sierra, como por ejemplo Eugènia Balcells con Jardí de llum, instalación permanente en el vestíbulo de la estación de metro de Ciutat Meridiana, realizada en el año 2003. Se trata de un jardín basado en el bosque mediterráneo que incluye pinos, encinas, arbustos, donde la naturaleza se convierte en una ventana a nuestra imaginación  o, como explica la autora: “El jardín como lugar de encuentro entre el ser humano y la naturaleza y entre la naturaleza y el arte.

Por otra parte, a raíz de la evolución de la fotografía moderna, profesionales de la fotografia han plasmado con distintas miradas y técnicas artísticas el patrimonio natural y cultural del Parque.

La naturaleza en Collserola es, a la vez, un recurso creativo y un escenario artístico. En la fuente de la Budellera destaca la reproducción de una escultura de Antoni Tàpies; y en los alrededores del Centro de Información del Parque, en el Baixador de Vallvidrera, las esculturas ambientales del proyecto Stalker: un itinerario escultórico e integrador insertado en la naturaleza y diseñado para interactuar con los elementos de piedra.

Projecte Stalker
Proyecto Stalker. Foto: Archivo Parque

La naturaleza resulta igualmente la inspiración creativa del escultor japonés Kan Masuda  y su «Mensaje del bosque: voz de raíz», una exposición que plasma su particular visión de los estragos que ocasionaron los fuertes vientos y las nevadas del año 2009 en los bosques de Collserola.

Y entre el arte, el paisaje y el diseño, artistas como  Ariane Patout i René Müller trabajan desde 2009 en un proyecto que intenta dar vida a los árboles muertos, transformando la materia en sillas y otros objetos cotidianos, como metáfora natural del renacimiento de vidas que se imaginaban acabadas. Unas intervenciones que les valieron el Premio FAD 2014 por la obra Wild Furniture – la auténtica silla de Barcelona.

Muchos escritores, escritoras y poetas han mantenido estrechos vínculos con Collserola. Jacint Verdaguer, Joan Maragall y Joan Salvat-Papasseit son tres ilustres poetas que han alabado la belleza de la naturaleza y las vistas de la sierra de Collserola.

“L’altra banda de la serra té un encís que no he dit mai,
per la joia que m’espera cada pi em dona la mà”.

Jacint Verdaguer (1845-1902), o mosén Cinto, murió en Vil·la Joana, en la actualidad sede del MUHBA Vil·la Joana. Casa Verdaguer de la Literatura. . Su relación con Collserola queda perfectamente reflejada en algunos de sus poemas: «A Barcelona», «A Santa Maria de Vallvidrera», «Santa Eulàlia» y «A un rossinyol de Vallvidrera».

“Rossinyol, bon rossinyol,
he sentida la teva arpa,
l’he sentida un dematí
de Vallvidrera a Valldaura,
fent rodolar-hi tos cants
com perles dintre de l’aigua” […]

La función de mirador y atalaya de la sierra de Collserola la ha convertido en un lugar común en la literatura catalana contemporánea; un gran mirador hacia ambos lados, tal y como expresa Joan Maragall en sus versos. Su poema «Boscos de Vallvidrera» es probablemente uno de los más conocidos de todos los poemas inspirados en los parajes de Collserola.

Ai, boscos de Vallvidrera!
quines sentors m’heu donat!
Tenia el mar al darrera
i al davant el Montserrat,
i als peus els llocs del poeta
que ja és a l’eternitat…

Otras referencias obligadas, en el marco de Collserola, son «Vida i miracles d’una ginestera» de Josep Carner, «Cantata de Sant Just» de Joan Margarit, «Elegia de Vallvidrera» de Joan Vinyoli y varias obras de Sempronio, seudónimo de Andreu-Avel·lí Artís, en las que se muestran retratos de la sierra de la primera mitad del siglo xx. Tampoco podemos olvidar Catalunya, una de las tres guías de Josep Pla, en la que describe las vertientes umbrías de la sierra:

“ Els vessants de la divisòria del Vallès són, per contrast, gairebé un paradís terrenal. Els aiguavessants són literalment coberts de pins, d’alzines i d’alguns roures, amb boscatges magnífics. De vegades el sotabosc és impenetrable. La part obaga de la carena és una veritable delícia i algunes de les seves petites valls tenen un tal densitat vegetal que es difícil de trobar paisatges semblants en muntanyes força més elevades.”

Y cabe remarcar también dos obras que sintetizan a la perfección la dualidad esencial de J. V. Foix: Gertrudis y Catalans de 1918.

Incluso en el género de la novela policíaca tenemos obras de referencia. En Tatuaje, novela de la serie de Pepe Carvalho, Manuel Vázquez Montalbán expone un retrato de la historia reciente de Vallvidrera y describe con detalle su casa de Vallvidrera. Y Collserola también está presente en alguno de sus escritos de crítica social y política:

“En cierta ocasión se me ocurrió definir Collserola como una Amazonia en pequeña escala e insisto en ello, però desde la evidencia de que sobre nuestra sierra se ciernen amenazas cualitativamente similares a las que tratan de convertir la Amazonia en un casi infinito horizonte de autopistas y parcelas roturadas.”

Otro escritor que nos sumerge en la geografía íntima de la sierra es Xavier Moret con el libro Collserola pas a pas, o con la novela policíaca El hombre que adoraba a Janis Joplin.

Algunos recorridos literarios por la sierra:

Para saber más sobre literatura y territorio, recomendamos ENDRETS-Geografia Literària dels Països Catalans.