Este estudio consiste en evaluar anualmente el estado en el que se encuentra la plaga y determinar las medidas de control fitosanitario que haya que aplicar. Este lepidóptero, como se sabe, afecta a los pinos con graves defoliaciones y secundariamente a las personas provocando fuertes reacciones alérgicas.

El sistema utilizado para el seguimiento de la procesionaria consiste en la instalación de cajas trampa de feromonas de hembra para atraer a los machos. El control se hace semanalmente de julio a septiembre (doce semanas) y a partir de los individuos capturados por trampa elaboran las gráficas de presencia y fenología que deben permitir estimar el grado de afectación.

Autores del estudio: Jordi Jubany i Joaquim Muñoz.